Migdalia, más conocida como Minda, se jubila, por lo que hoy recibió un merecido homenaje junto a todos los que hemos sido sus compañer@s.
Llegó de su Venezuela natal allá por agosto de 1989 y se instaló en esta isla. Apenas dos semanas después, «aterrizó» en nuestro colegio y lo hizo para quedarse. En estos 30 años se ha ganado merecidamente el cariño de todos, ya sean familiares, alumnado o sus mencionados compañeros, amigos en muchos casos. Tanta gente distinta no puede estar equivocada. Ha sido una trabajadora ejemplar, siempre dispuesta a ayudar (incluso por encima de sus obligaciones) en labores de limpieza, uniformes, material escolar o en su querido kiosco. Sí, ese kiosco donde ha venido elaborando sus famosísimos bocadillos de pollo, esos que los antiguos alumnos que visitan el colegio siguen llevándose para recordar ese sabor de su infancia.
Para nosotros ha sido un placer contar con ella, sabemos que deja un hueco difícil de llenar, pero ahora le toca descansar y aquí siempre tendrá su sitio.
Te echaremos de menos, Minda. Gracias por tanto.
P.D: no se asusten, nos ha dicho que seguirá habiendo bocadillos de pollo al menos durante un tiempo.